Los frutos secos son una parte esencial en la dieta mediterránea, considerada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como una de las más saludables del mundo.
El pistacho, uno de los protagonistas de esta pirámide nutricional, se instala en el primer puesto entre las variedades de frutos secos, según la Fundación Dieta Mediterránea. Esta semilla tiene una menor cantidad de grasa y contenido energético, junto a una alta proporción de fibra, potasio, vitaminas E y K. Además, es fuente de antioxidantes, proteínas y fibra, y ayuda a reducir el colesterol, protege de la hipertensión, equilibra los niveles de azúcar en sangre, tiene efecto saciante y mejora la apariencia de la piel.
Castilla-La Mancha es líder en producción y superficie para el cultivo de este fruto seco. Posee más de 46.000 hectáreas de las 56.000 existentes a nivel nacional y produce el 80% del total en el territorio español. Además, la producción ecológica supone ya más del 70% del cultivo y es rentable para los agricultores.
Empresas como la biotecnológica Tebrio, especializada en la cría y transformación del insecto tenebrio molitor, más conocido como gusano de la harina, han apostado por el desarrollo de soluciones innovadoras que contribuyen a mejorar la calidad de la agricultura. Para ello, han desarrollado un fertilizante ecológico único, :oFrass, que facilita una transición hacia una agricultura más respetuosa con el medio ambiente.
Este biofertilizante, a base de excrementos del gusano de la harina, aumenta sensiblemente el desarrollo vegetativo, incrementa el rendimiento de la cosecha y mejora el terreno acelerando el intercambio de nutrientes disponibles. En el caso del pistacho, los beneficios de :oFrass se pueden ver evidenciados en un mejor desarrollo radicular, árboles con un crecimiento más vigoroso y protegidos de los distintos estreses que puedan sufrir a lo largo del año.
«El suelo es el aparato digestivo de las plantas, si tenemos un suelo sano y en equilibrio, se verá reflejado en la producción», señala Miguel Ángel Álvarez, director de Agro en Tebrio, la primera empresa con registro mundial a nivel de fertilizantes.
«El cultivo del pistacho en Castilla La Mancha es una actividad rentable que cada vez está más profesionalizada y, por ello, demanda productos sostenibles y de primera calidad para obtener la mejor cosecha posible».
Las pruebas que hemos desarrollado con el producto -añade- arrojan resultados muy positivos. «Estamos hablando de un incremento del 15% de la producción durante el primer año tras su aplicación. El pistacho es un cultivo con el que hay que tener paciencia y así, como se tardan años en obtener producción, pensamos que los resultados serán más visibles con la aplicación de este producto en varias campañas», sentencia.
Entre las principales ventajas que presenta este fertilizante, que cuenta con certificado ecológico, destaca su «fácil aplicación» tanto en plantaciones nuevas como en adultas, ya sean de secano o de regadío. «En el caso del pistacho, con un 80% de plantación en secano, es donde hay un menor abanico de opciones para el agricultor ya que no cuenta con sistemas de fertirrigación, por lo que pensamos que nuestro producto es donde más marca la diferencia», asegura Álvarez.
Además, este producto requiere de una sola aplicación que puede ser en postcosecha, tras la caída de la hoja en otoño, «con lo que damos tiempo al árbol para que acumule reservas para poder aprovechar mejor después en brotación» o, a la salida del invierno, en los meses febrero y marzo.
Este abono permite reducir el estrés de origen abiótico (exceso o defecto de agua, frío, salinidad), la necesidad de pesticidas, reducción del uso de fertilizantes nitrogenados, los costes de abonado y la mano de obra asociada al cultivo. Se caracteriza también por tener capacidad Bio-Fortificante, Bio-Estimulante y Bio-Fitofortificante, contiene una gran cantidad de nutrientes esenciales, microorganismos beneficiosos así como materia orgánica, a la vez que mantiene una relación de carbono/nitrógeno óptima. Además, junto con su valor de PH neutro, mejora las capacidades del suelo y las interacciones de la planta con el medio a todos los niveles.
El director de Agro en Tebrio añade que su contenido en quitosano favorece la sanidad del cultivo en el entorno radicular, vital en los procesos de captación de agua y nutrientes para el correcto desarrollo de las plantas, y activa las defensas naturales de éstas, de forma que están más protegidas frente a ataques externos.
Y resume: «El producto es un cuatro en uno porque con una sola aplicación se consigue fertilizar, mejorar la estructura del suelo y proteger al cultivo de distintos estreses, como heladas, salinidad, estrés hídrico… además de mejorar la sanidad del cultivo debido al contenido que tiene de quitina»
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